miércoles, 3 de agosto de 2011

Conversación contigo.

Yo: ¿Sabías que te encontraría?
Tú: Sí.
Yo: ¿Cómo?
Tú: Me escondí, sabía que sabías en dónde me escondería.
Yo: No lo sabía. Eso fue cruel.
Tú: Me encontraste, eso significa que sí sabías.
Yo: No lo sabía. Fue casualidad.
Tú: No creo en casualidades, así que sí sabías.
Yo: No quiero hablar de eso. Lamento haberte encontrado.
Tú: Lo sé.
Yo: No, no lo sabes, crees saberlo, pero no lo sabes.
Tú: Lo sé.
Yo: ¿Por qué tanta calma?
Tú: ¡Cállate!
Yo: ¿Quieres que haga eso?
Tú: Sólo ¡Cállate!
Yo: Me iré.
Tú: ¡No te vayas!
Yo: Pero...
Tú: No quiero que hables, no quiero que respires, no quiero que me persigas, pero... ¡No te vayas!
Yo: Pero...
Tú: ¡NO TE VAYAS!
Yo: Bien.
Tú: No deseo dramas. 
Yo: Bien.
Tú: ¿Por qué lloras?
Yo: No puedes hacerme preguntas si no deseas que hable.
Tú: Eres tan... No hace falta hablar para responder.
Yo: No estoy llorando.
Tú: ¡QUÉ TE CALLES DIJE!
Yo: Así no puedo.
Tú: Así puedo yo. Eres tú quien no puede vivir sin mí, tienes que soportarme, tienes que poder ASÍ. 
Yo: Pensé que tampoco podías vivir sin mí.
Tú:¡Basta!
Yo: ¡Déjame ir!
Tú: ¿Para qué? ¿Para que luego vuelvas suplicándome que te tome de nuevo en mis brazos? 
Yo: Eres cruel.
Tú: Soy una persona sincera.
Yo: ¿Desde cuándo crees en la sinceridad?
Tú: ¡Cállate! ¡Bésame!
Yo: Me confundes.
Tú: Siempre te dije que eras fácil de confundir.
Yo: Jamás dijiste eso.
Tú: Jamás lo escuchaste.
Yo: ¿Por qué me haces esto?
Tú: ¿Qué estoy haciéndote? Sólo te complazco, estoy a tu lado, no te he dejado, ¿Algo más que desees?
Yo: Deseo que me ames.
Tú: Te amo, lo sabes. ¿Lo sabes, no?
Yo: ¿En serio me amas? ¿Por qué eres así? No te comprendo.
Tú: Tampoco te comprendo y así he decidido vivir.
Yo: Tengo que acostumbrarme.
Tú: Llevas años tratando de hacerlo.
Yo: NO QUERÍAMOS VIVIR DE COSTUMBRES.
Tú: ¡No grites! Vas a hacer que te mande a callar de nuevo.
Yo: Dormiré.
: ¡Hazlo en mi pecho! 
Yo: Tu latir... Me duerme.
Tú: Lo sé.
Yo: Ahora sonríes. 
Tú: Lo haces tú también.
Yo: Te amo.
Tú: Te amo a ti.
(Silencio)
Tú: Hacerte el amor es lo mejor que sé hacer.
Yo: Haces muchas cosas bien.
Tú: Te amo, te amo mucho.
Yo: ¿Qué ocasiona el sexo en ti? Eres tan tierno cuando lo hacemos.
Tú: ¡No lo llames sexo! Por favor.
Yo: ¿Qué ocasiona en ti?
Tú: Es amor, sé amarte en la cama.
Yo: ¿Sólo en la cama?
Tú: Sabes que no.
Yo: Lo sé.
Tú: Me gustas.
Yo: Tú me gustas a mí. 
Tú: ¿Estás cansada?
Yo: Sabes que sí. Tú no. (Risas)
Tú: Hace rato estabas llorando.
Yo: Esto cura hasta la peor tristeza.
Tú: De nuevo tienes esa cara de...
Yo: Debemos dormir.
Tú: Desea hacerlo. Está bien. ¡Ven, sobre mi pecho!
Yo: Hasta mañana. Te amo.
Tú: Te amo, princesa.


No hay comentarios:

Publicar un comentario